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Sin perder mi esencia

Nadie me entiende, pero qué más da si me entiendes tú

Nadie me entiende, pero qué más da si me entiendes tú

-         No le conoces. -         Sí. -         Pero si no lo has visto. -         ¿Y? -         No le puedes querer. -         Sí. -         Te repito que no le conoces. -         Me gusta lo que conozco. -         Lo que te ha querido enseñar. -         Me basta. -         Pero si no tienes una imagen de él. -         La tengo. -         ¿La tienes? -         Sí. -         ¿Dónde? -         En mi cabeza. -         Pero si tú nunca imaginas. -         Y no lo hago. -         ¿Entonces? -         A partir de sus palabras. -         ¿Sólo? -         Es suficiente. -         Nunca tienes primeras impresiones. -         Ya. 

 -         ¿Qué piensas? -         Que me gusta. -         ¿Por qué? -         No lo sé. -         Menuda respuesta. -         Es la que hay. -         Trata de definirlo. -         No sé. -         Eso es porque no lo conoces. -         Le conozco. -         No. -         Sí. -         ¿Cómo? -         No lo sé. -         Otra respuesta sin sentido. -         Y qué quieras que diga. -         El porqué. -         No hay porqués. -         ¿Y porqué no? -         ¿Y porqué si? -         Siempre hay un porqué. -         A veces, sólo hay momentos.

 -         Tal vez sea mentira. -         Me arriesgaré. -         Estás tonta. -         Puede. -         Y loca. -         Sí, por él. -         Eres imposible…-         Lo sé.

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